Andamiajes teórico-pedagógicos
En esta ocasión, el Blog Educador Reflexivo acompaña al niño(a) de preescolar, educadora y padres de familia en la compleja tarea de atender los intereses del “escolapio” y su relación con el valor didáctico de los materiales a emplear, más aun, tratándose de la modalidad a distancia que prevalece.
Los más recientes discursos sobre el contexto curricular de la Educación Básica en México, la Reforma Educativa 2013 y la llamada Nueva Escuela Mexicana 2019, instalan al estudiante en el “centro” del quehacer pedagógico, justo por eso es importante recordar algunos de los intereses del preescolar, y lo que esto implica para su formación educativa.
Gracias a los estudios de Jean Piaget, sabemos que en este periodo (3 a 5 años de edad) el niño(a) desarrolla una serie de actividades que lo conducen al pensamiento abstracto, es decir, que lo preparan para su paso por el jardín de niños y su ingreso a la escuela primaria.
Uno de los elementos curriculares más importantes en el nivel preescolar son los recursos con los cuales el niño(a) aprende, sin entrar en una amplia clasificación, basta decir que sus intereses se atienden con material estructurado (juguetes en miniatura del mundo de los adultos) y material no estructurado (bloques de construcción, pintura, crayones, plastilina y barro). Con estos recursos, el infante(a) focaliza el mundo real –con los primeros– y transita de lo concreto-experiencial, a la representación simbólica –con los segundos–.
El actual soporte en la enseñanza-aprendizaje (tv o radio) ha de enfatizar en el preescolar: ver, tocar, oler, gustar, precisamente con recursos estructurados y no estructurados, a través de actividades lúdicas; esto permite mayores logros en su desarrollo cognitivo y experiencias de aprendizaje.
Es importante recordar los postulados constructivistas que sobre aprendizaje resume Carretero (Los Medios en la Formación Docente, Barragán de L. Miguel p. 53): a) el aprendizaje es un proceso constructivo interno; b) el grado de aprendizaje depende del desarrollo cognitivo del individuo; c) el aprendizaje consiste en un proceso de reorganización interna; d) la estrategia más eficaz para lograr el aprendizaje es el conflicto cognitivo; e) el aprendizaje se favorece enormemente mediante la interacción social.
Pero, en la práctica ¿Cómo pueden proceder alumno(a), educadora y padres de familia?, una interpretación contextuada de César Coll (1988) permite como una respuesta, lo siguiente: a) que educadora, padres de familia y niño(a) participen de manera intencionada y planificada en el diseño y desarrollo de actividades escolares y extraescolares con apoyo en materiales estructurados y no estructurados; b) recordar dejar al niño(a) que juegue sin la intervención de educadora o padres de familia, el aprendizaje se da espontáneo, pero no intencionado ni guiado; c) resignificar que los procesos de enseñanza y aprendizaje giran en torno de tres ejes: el alumno que aprende, los contenidos de aprendizaje, y la educadora como favorecedora del mismo.
Las “clases televisadas” en preescolar permiten ejercicios de contraste entre los intereses del alumno(a)-material didáctico con el diseño-desarrollo de tales propuestas curriculares.
El próximo compromiso es con el niño(a) de 6 a 12 años de edad, mientras tanto, cuidémonos todos.
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