Este 10 de mayo de 2025 el espíritu consumista habrá alcanzado un alto nivel, ya sea por el aparato propagandístico, ya por quedar bien con nuestra madre.
No obstante lo anterior, cierto es que el sentimiento se proyecta de diferentes maneras: cuando se es niño, a través de un “obsequio útil” como un vaso, una jarra, un mandil, etc. Al llegar a la adolescencia o juventud, se procura un ramo de flores, una pañoleta o adorno para la blusa.
Se llega a la adultez y puede ser una prenda como; blusa, vestido, incluso almuerzo o comida en algún espacio familiar y agradable para la festejada.
NÚCLEO FAMILIAR EN RIESGO
En la actualidad, existen diferentes “status” de madres: solteras, viudas, abandonadas, en unión libre, y otras; de tal manera que así existen también “status” correspondientes de hijos, lo que hace de esta sociedad una gama amplia de condiciones en las relaciones madre-hijo(s).
Este siglo XXI ha resultado particularmente “convulso” en lo que a valores humanos se trata, las “facturas” que la comunicación electrónica, la revolución de género, las redes sociales nos cobran, no son fácilmente entendibles y menos digeribles.
Los intereses y la movilidad social de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes parece que superan toda necesidad o sentimiento, de tal manera que el desapego o distancia al interior de la familia se “normaliza” y con ello el cariño, y el amor filial se torna frío, distante, lo que es preludio de una pronta disgregación familiar.
Con lo anterior aparece la ausencia de relación padres-hijos, abuelos-nietos, sobrinos- tíos, primos-primos y demás “parentela”.
Se llega a la adultez y puede ser una prenda como; blusa, vestido, incluso almuerzo o comida en algún espacio familiar y agradable para la festejada.
NÚCLEO FAMILIAR EN RIESGO
En la actualidad, existen diferentes “status” de madres: solteras, viudas, abandonadas, en unión libre, y otras; de tal manera que así existen también “status” correspondientes de hijos, lo que hace de esta sociedad una gama amplia de condiciones en las relaciones madre-hijo(s).
Este siglo XXI ha resultado particularmente “convulso” en lo que a valores humanos se trata, las “facturas” que la comunicación electrónica, la revolución de género, las redes sociales nos cobran, no son fácilmente entendibles y menos digeribles.
Los intereses y la movilidad social de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes parece que superan toda necesidad o sentimiento, de tal manera que el desapego o distancia al interior de la familia se “normaliza” y con ello el cariño, y el amor filial se torna frío, distante, lo que es preludio de una pronta disgregación familiar.
Con lo anterior aparece la ausencia de relación padres-hijos, abuelos-nietos, sobrinos- tíos, primos-primos y demás “parentela”.
MOMENTOS DE CALIDAD JUNTOS
Tal vez parezca “anticuado”, pero si algo tenemos que hacer abuelos y padres es fomentar una relación más estrecha y cotidiana entre los padres jóvenes y sus hijos(as), a través de juegos, convivencias familiares, lecturas en casa, visitas a parques, museos, obras de teatro, conciertos, etc.El recurso tiempo parece tan limitado que las etapas de nacimiento, niñez, preadolescente, adolescente, joven y adulto suceden tan rápido que no “nos dimos la oportunidad de convivir más con los hijos” y el momento de separación llega.
Esta era de la telecomunicación o videoconferencia no acaba de llenar el hueco del “calor humano”, cuando madre e hijo(a) se encuentran distantes, cuando el tiempo apenas da para escuchar “las novedades” entre ambos, cuando no hay lugar para decirse lo mucho que se extrañan y quieren, cuando pocas veces se lo dijeron a la cara cuando pudieron.
ENSEÑAR A QUERER
Nunca es tarde para aprender, los padres primero, a manifestar el amor a los hijos sean estos, bebés, infantes, adolescentes o jóvenes; esta será la mejor manera de enseñar a querer, esta será la mejor estrategia pedagógica para sentir respeto y cariño por todas las mamás del mundo, sea cual sea su condición social.
Ojalá que “esta temporada de regalos” para nuestra madre, nos mueva más el sentimiento de decirle todos los días cuánto la queremos, cuánto la necesitamos a través de acciones y respuestas a sus demandas de atención, que correspondemos a sus muestras de amor por nosotros.
Creo que los tres órdenes de gobierno y demás “fuerzas vivas” deberán fomentar el cariño a la madre con el ingenio y capacidad que invierten para otras campañas.
Revisemos nuestro rol de hijos(as) para con nuestra madre y seamos más cariñosos con quien nos dio la oportunidad de ¡VIVIR!
Comentarios
Publicar un comentario