Andamiajes teórico-pedagógicos
La actual condición escolarizada a distancia en la educación básica, no es impedimento para iniciar o continuar con la práctica de un pensamiento crítico. En esta entrega del Blog El Educador Reflexivo se comparte una serie de características y condiciones, para fomentar el ejercicio cotidiano de la criticidad entre docente de Educación Básica (preescolar, primaria y secundaria), estudiante y acompañante(s) de los mismos de Aguascalientes en particular, y México en general.
Pero, ¿Qué es el pensamiento crítico? y ¿Cuáles algunas de sus características?: el pensamiento crítico es un proceso intelectual que lleva a la persona a conceptualizar, aplicar, analizar, sintetizar y evaluar lo que observa, experimenta, razona o comunica; significar cada una de estas categorías y saber si en nuestra cotidianeidad dialógica las aplicamos docente, estudiante y padres de familia es un buen comienzo. Ahora preguntémonos ¿Cuáles son algunas características del pensamiento crítico?: a) es una actividad productiva y positiva; b) es un proceso, no un producto; c) es tanto emotivo como racional; d) puede desencadenarse de eventos positivos como negativos; e) se manifiesta según el contexto; f) identifica y cambia suposiciones; g) imagina alternativas; h) lo alternativo refleja escepticismo.
Si traducimos las anteriores características en breves conceptos, tenemos que: “Draque asume que pensar críticamente consiste en establecer significados y la validez de juicios. Lipman sostiene que ser crítico es ser buscador activo y un cuestionador persistente”
Sabido es que preguntas oportunas y bien planteadas son una herramienta pedagógica por demás valiosa, así, docentes de Educación Básica, estudiantes y padres/madres de familia pueden formular, entre otras, las siguientes preguntas antes, durante o después de las clases, sean estas presenciales y/o a distancia: ¿Qué quiero?, ¿esto me sirve?, ¿lo que me ofrecen es lo que necesito?, ¿Cuánto de lo que escucho y veo es creíble, cierto o verdadero?, es importante no olvidar las dosis de escepticismo ante los mensajes o contenidos programáticos que se abordan en clase, por ahora, en televisión o radio.
¿Cómo formar un pensamiento crítico?, a través de contrastar tales contenidos con la realidad circundante o contexto inmediato, así también, al cuestionar eventos sociales, políticos, económicos y culturales, convirtiéndonos todos, en “buenos lectores” de la prensa, televisión, radio e Internet.
Sin considerar las siguientes condiciones como una garantía, sí como una posibilidad formativa, se comparten estas formas de interactuar docente-alumnos-padres de familia, para una actitud crítica sistematizada: a) posibilitar un clima de apertura; b) animar a estudiantes a interactuar y cooperar; c) demostrar actitudes de aceptación; d) animar a estudiantes a recoger información del contexto; e) proponer espacios de evaluación de conocimientos, valores y actitudes; f) atenuar efectos negativos de los Medios de Comunicación Social, y seleccionar contenidos de mayor calidad, mediante programas escolares de apoyo.
La actual coyuntura educativa puede ser la justificación para diseñar un Proyecto de Aplicación Escolar (PAE) que conduzca a mejores prácticas pedagógico-didácticas sobre el uso del pensamiento crítico dentro y fuera de la escuela.
Mientras esto ocurre, sigamos cuidándonos, la próxima entrega de esta sección Andamiajes teórico-pedagógicos será sobre el niño de tres a cinco años de edad.
Foto: www.freepik.es
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