Por: Mtro. en Pedagogía, Miguel Barragán de León, Director General
Hace unos días en el Canal Once entrevistaron a un experto del Instituto Politécnico Nacional sobre los libros de texto gratuitos, él mismo afirmó que los niños no podrían aprender Matemática o cualquier otra disciplina con el nuevo modelo educativo y con tales libros.
Nuestro Blog El Educador Reflexivo (ER) comparte con sus lectores algunas experiencias, saberes y conocimientos al respecto.
Primero, la enseñanza gira en torno a dos grandes formas, una llamada sistematización, la cual consiste en planificar, desarrollar y evaluar las experiencias de aprendizaje por materias o disciplinas (temas o contenidos sin correlación alguna) es decir, aprendizajes meramente escolarizados. Otra, llamada globalización, donde se planifica, desarrolla y evalúa los aprendizajes por proyectos (correlación horizontal), unidades de aprendizajes o problemas relevantes (correlación en torno a una asignatura), aquí se atienden las necesidades e intereses reales de los estudiantes con las diferentes “asignaturas”.
Segundo, las y los docentes se formaron con aprendizajes sistematizados, así han enseñado, dado que la organización del Plan y programas de estudio como otros materiales educativos oficiales, inducían a la enseñanza por “ temas aislados”, es decir, ajenos al contexto del estudiante. En pocas escuelas primarias y secundarias se ha trabajado recientemente de manera globalizada, por proyectos, unidades de aprendizaje o problemas de relevancia social.
Tercero, el dominio de conocimientos disciplinares sistematizados, permite sin dificultad alguna enseñar por proyectos, la o el maestro echa mano de la didáctica respectiva para relacionar diferentes disciplinas-conocimientos, a la hora de analizar, interpretar, aplicar, resolver e intercambiar procesos y resultados.
El enfoque globalizador del actual modelo pedagógico no inquieta porque “no se enseñe Matemática”, sino porque se basa en el análisis y cuestionamiento de los contextos reales, lo que implica que docentes, estudiantes y padres de familia podrán hacer uso del pensamiento crítico y con ello, intervenir con propuestas para mejorar sus condiciones de vida en los ámbitos aula, escuela y comunidad.
El trabajo docente por proyectos y unidades didácticas ya se trabajaba desde finales de los años sesentas del siglo pasado en nuestro país (por alguna razón se “olvidó”), recuerdo que las Olimpiadas de México 68, permitió que las y los docentes y estudiantes aprendiéramos Matemática (monedas y sistema de cambio, medidas, tiempos y distancias en pruebas de atletismo así como en otras competencias), Español (lenguas y aportes a la literatura de los países participantes), Geografía (ubicación geográfica de los países, clima y economía), Historia (orígenes y evolución histórica de países asistentes) y demás. Quienes participamos de esta experiencia metodológica echamos mano, aparte de los libros de texto gratuitos, del periódico, noticias televisadas, revistas especializadas en deporte olímpico y otros recursos.
Al final del proyecto didáctico, se montaron exposiciones para la comunidad, sobre los aprendizajes obtenidos, sin duda, por demás valiosos, interesantes y actuales.
Desde luego, la enseñanza y el aprendizaje globalizados implican mayores interrelaciones de docentes, estudiantes y padres de familia, así como de recursos y conocimientos propios del contexto comunitario, justamente para darle sentido y significado cotidianos a tales experiencias en cada uno de los actores mencionados. Sin embargo, lo anterior nos lleva a un compromiso más socioprofesional y de mayor reto académico en cada encuentro dialógico que las distintas realidades nos ofrecen.
Fotografía: SEP.
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